viernes, febrero 18, 2011

SRI LANKA

Nos comparte nuestra hermana Frigidia: Ha sido una oportunidad que el Señor me ha ofrecido de poder compartir con la víctimas de la Guerra en el Norte de Sri Lanka centro “Varod” –Vavuniya.
He podido trabajar con ellas durante tres semanas. Cuando me estaba preparando para ir a Varod (centro de acogida y terapia llevado por los misioneros claretianos) solo había conocido de oídas y he abierto el corazón. Pero ahora puedo decir he tenido experiencia de aquella misión. Muchas preguntas me surgían en el corazón y una de ellas fue: ¿qué sentido tiene la vida para los seres humanos?
He estado en la “casa de las chicas”. Al ir creía que estaban allí las personas afectadas por la última guerra, pero no era verdad. Ellas estaban afectadas por la guerra … pero fue el último de sus dramas, pues llevaban otros sufrimientos anteriores al conflicto armado. Al escuchar a cada una he podido percibir el misterio de cada persona. En la primera semana he estado observando y me dedicaba a ayudar, según las posibilidades. Las dos semanas siguientes he podido escucharles, conocer personalmente sus historias. Me ha retado el ver como afrontan el trabajo con esfuerzo: muchas de ellas habían perdido sus manos, sus piernas, su memoria …. Cuando veo a la persona que ha perdido dos brazos y es capaz de escribir en el computer con sus pies como manos, me ha llevado a Dios… a la fe. Viendo su fe, independientemente que sean cristianos o hindúes… cando les vi orando cada día pidiendo a Jesús y María que les ayuden en su vida … esto me ha tocado el corazón.
Cada día iba aprendiendo de cada persona, como actuar, como ser buenos…. Mis experiencias siguen reales en mí y los recuerdo a cada uno por su nombre. Trabajando con ellos por tres semanas he aprendido el gozo en medio de las dificultades y cómo hacer frente a los retos. Al final puedo decir que si queremos trabajar con ellos, no es que necesitemos mucha preparación, aunque pueda ayudar. Lo que necesitamos es el deseo de ayudarles, de comprenderles, de poder situarnos en su lugar y amarles, de donde sea que fueren, y tener capacidad de escuchar desde el corazón.
Cuando les dije “Adiós” todo me entregaron un agradecimiento por haber cuidado de ellos. Esto fue como gratitud de su corazón. Pero yo agradezco a cada unos de ellos, incluyendo a nuestros hermanos. P. Arulraj, Ronald, y la Hna Malar de Sagrada Familia, por acompañarme en esta experiencia que ha dejado una huella en mi corazón. .

Toda Gloria y alabanza al Señor!

Frigidia Stanislaus RMI

No hay comentarios: