Los días 14 al 17 de octubre el nuevo equipo de Gobierno General se dirige a Cossara, más precisamente a Amatrice, un hermoso lugar donde realizamos el inicio de las actividades propias del sexenio. Allí nos alojamos en una casa de encuentros que posee la Parroquia de Cinquina (gracias a la gestión de nuestras hermanas de Italia).
Fueron días de convivencia, de conocimiento más profundo entre todas, de oración y compartir fr
aterno. También comenzamos a reflexionar sobre los desafíos que el XVI Capítulo General ha pedido para el próximo sexenio, a organizarnos y distribuir responsabilidades en esta misión de servicio a la congregación.
Pudimos además, conocer y disfrutar, al pasar por Greccio, algunos lugares transitados por S. Francisco de Asís, donde se respira espiritualidad franciscana: allí donde Francisco hizo el primer pesebre viviente; donde escribió las Constituciones... Todo esto nos llevó a gustar la sencillez evangélica, el profundo sentido de la Encarnación del Hijo de Dios que transmite el lugar y el amor a la naturaleza que nos dejara como herencia espiritual el Santo de Asís.
Damos gracias a Dios por poder comenzar nuestro itinerario hacia la Reestructuración Congregacional poniendo en práctica nuestro “ser una sola familia y un sólo corazón”.
Fueron días de convivencia, de conocimiento más profundo entre todas, de oración y compartir fr
aterno. También comenzamos a reflexionar sobre los desafíos que el XVI Capítulo General ha pedido para el próximo sexenio, a organizarnos y distribuir responsabilidades en esta misión de servicio a la congregación.Pudimos además, conocer y disfrutar, al pasar por Greccio, algunos lugares transitados por S. Francisco de Asís, donde se respira espiritualidad franciscana: allí donde Francisco hizo el primer pesebre viviente; donde escribió las Constituciones... Todo esto nos llevó a gustar la sencillez evangélica, el profundo sentido de la Encarnación del Hijo de Dios que transmite el lugar y el amor a la naturaleza que nos dejara como herencia espiritual el Santo de Asís.
Damos gracias a Dios por poder comenzar nuestro itinerario hacia la Reestructuración Congregacional poniendo en práctica nuestro “ser una sola familia y un sólo corazón”.
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