María Inmaculada,
señal en nuestro caminar apostólico,
guía, compañera y misterio que ilumina,
signo de esperanza y realización plena en Cristo.
Queremos imitar:
tu vida,
inspiración en la entrega y servicio de cada día,
tu fe,
para encontrar aliento y fortaleza en el testimonio de tu Hijo,
tu ‘saberte’ toda de Dios,
para discernir y optar por los valores del Reino,
tu ‘modo de hacer’ camino,
para luchar contra el mal
con el bien, en cualquiera de sus formas.
¡FELIZ DÍA!
a cada Misionera Claretiana,
a los hermanos Laicos con quienes hacemos camino,
a la Familia Claretiana,
amigos...
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