La joven virgen, María de Nazaret, regaló al mundo el Príncipe de la Paz,
“un niño, Dios, envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.
“un niño, Dios, envuelto en pañales y acostado en un pesebre”.
Allí, en esa imagen encontramos el reflejo de la paz. En esa escena del
pesebre no hay lugar para la violencia. Allí está el niño Jesús, frágil en
carne humana. Allí está su Madre, serena. Allí los pobres pastores felices,
cobijados por ella. Allí Jesús irradia su luz y los demás contemplan, envueltos
en la calma divina. La paz de Jesús es el origen de la paz entre nosotros. Ante
el pesebre aprendemos la paz.
Miremos hoy a nuestro mundo desde la cuna del niño de Belén.
Dejemos que
nos enseñe misericordia, compasión y compromiso.
¡FELIZ AÑO NUEVO 2018!
junto a María, Reina de la Paz.
junto a María, Reina de la Paz.
Te invitamos a leer el mensaje del Papa Francisco por la Jornada mundial de
la Paz de este año: “Migrantes y refugiados: hombres y mujeres que buscan la
paz”
http://w2.vatican.va/content/francesco/es/messages/peace/documents/papa-francesco_20171113_messaggio-51giornatamondiale-pace2018.html
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