En el día en que celebramos el nacimiento de Jesús, Emmanuel, Dios con nosotros, 25 de
diciembre de 2014, nuestra alegría
fue grande, porque por medio de los sacramentos de iniciación, que son los signos visibles de la
Gracia de Dios, nuestra
Conchitha, que muchos conocemos, entró en la Familia de Dios. Cuando
la Iglesia bautiza, confirma, reconcilia,
celebra la eucaristía, es Dios mismo quien bautiza, confirma,
acoge.
Su alegría y emoción eran desbordantes, lo que manifestaba que vivió en
lo más profundo de sí lo que deseaba con todo su corazón y percibiendo de modo especial la acción de Cristo en
los sacramentos, a través de los ministros
de la Iglesia. Ella prometió amar
a Dios por encima de todo y a sus
hermanos, a su amada madre;
luego se puso a bailar y su alegría sorprendió a los cristianos que estaban
presentes en la celebración.
Al final de la Misa, saludó con alegría al sacerdote de la parroquia de Santa María en Kimwenza. Damos gracias a Dios por haber permitido
que Conchitha pueda gozar así de pertenecer a la
comunidad eclesial, aunque por su cercanía y cariño ya estuvo viviendo y compartiendo la fe a su
manera con la comunidad, durante muchos años.
Sr Claudine Obuna,
RMI.
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