Dios hecho hombre ha venido a morar entre nosotros.
Nos abraza con su amor, ternura y misericordia.
Que todos los hombres, en esta noche santa,
puedan reconocer su presencia.
Sus signos son pobreza, humildad, sencillez.
¡Y sobre todo, Él cree y puede cambiar el corazón humano!
¡FELICIDADES!
a cada hermana, miembros de la Familia Claretiana, familiares y amigos.
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