“Un día se movió un poco de marea, y escarmentada del temporal que sufrimos en Santa Cruz
me sobresaltó el temor natural, pero al momento invoqué a María Santísima…
y me dijo: «Buen ánimo, hija mía», y extendió su manto y vi que nos cubría a todas y
me dijo: «Mira, así ando a la popa del buque defendiéndoos de los tiros del infierno». Así
sucedió que desde las Canarias hasta Cuba, tuvimos un viaje felicísimo.
Autobiografía Maria Antonia París. 145 y ss.
“Con el más profundo respeto y tierno amor felicitamos a nuestra cariñosa Madre María, y démosle todo el parabién y démosle con la más fervorosa devoción:
Dios te salve, Inmaculada María, Hija de Dios Padre,
Dios te salve, Inmaculada María, Madre de Dios Hijo.
Dios te salve, Inmaculada María, Templo de Dios Espíritu Santo.
Dios te salve María, madre y abogada de los pecadores.
Bendita eres entre todas las mujeres.
Tú eres la gloria de Jerusalén,
la alegría de Israel y el honor de nuestro pueblo.
Tú eres el amparo de los desvalidos,
el consuelo de los afligidos, el norte de los navegantes.
Tú eres la salud de los enfermos, el aliento de los moribundos,
y la puerta del cielo.
Tú eres, después de Jesucristo, fruto bendito de tu vientre,
toda nuestra esperanza.
Oh clemente, oh pía, oh dulce e Inmaculada María”. (2)
De la Carta Pastoral de S. A. M. Claret con motivo de la declaración del Dogma de la Inmaculada Concepción
me sobresaltó el temor natural, pero al momento invoqué a María Santísima…
y me dijo: «Buen ánimo, hija mía», y extendió su manto y vi que nos cubría a todas y
me dijo: «Mira, así ando a la popa del buque defendiéndoos de los tiros del infierno». Así
sucedió que desde las Canarias hasta Cuba, tuvimos un viaje felicísimo.
Autobiografía Maria Antonia París. 145 y ss.
“Con el más profundo respeto y tierno amor felicitamos a nuestra cariñosa Madre María, y démosle todo el parabién y démosle con la más fervorosa devoción:
Dios te salve, Inmaculada María, Hija de Dios Padre,
Dios te salve, Inmaculada María, Madre de Dios Hijo.
Dios te salve, Inmaculada María, Templo de Dios Espíritu Santo.
Dios te salve María, madre y abogada de los pecadores.
Bendita eres entre todas las mujeres.
Tú eres la gloria de Jerusalén,
la alegría de Israel y el honor de nuestro pueblo.
Tú eres el amparo de los desvalidos,
el consuelo de los afligidos, el norte de los navegantes.
Tú eres la salud de los enfermos, el aliento de los moribundos,
y la puerta del cielo.
Tú eres, después de Jesucristo, fruto bendito de tu vientre,
toda nuestra esperanza.
Oh clemente, oh pía, oh dulce e Inmaculada María”. (2)
De la Carta Pastoral de S. A. M. Claret con motivo de la declaración del Dogma de la Inmaculada Concepción
A TODAS NUESTRAS HERMANAS LES DESEAMOS UN MUY FELIZ DÍA DE LA INMACULADA
Hermanas del Gobierno General
No hay comentarios:
Publicar un comentario