En este
200 aniversario hemos celebrado "la vida que Dios concedió a Mª Antonia, su
vocación, el don que es para la Iglesia y para el mundo, una vida portadora de
un carisma del que tantos participamos, actualizamos y llevamos hacia el futuro”. Resulta
díficil hacer un resumen de los acontecimientos del Triduo, ya que han sido días intensos,
emotivos, de mucha vivencia y de mucho gozo. Al profundizar en la vida de Mª Antonia, seguimos descubriendo a esta gran mujer,
grande por su confianza en Dios, por su fortaleza y determinación por acoger la Palabra y ser
testigo de ella, una mujer que amó incondicionalmente a la Iglesia y quiso dar la vida por
devolverle su “hermosura”, para que fuera
una iglesia fiel al mensaje de Jesús, el Evangelio. Su
carisma sigue cada vez más actual y desafiante para la Iglesia y el mundo. De esto,
hemos sido testigos en estos días.
Inaguración
de la placa, colocada en la fachada de la casa donde nació Mª Antonia París (Vallmoll)
Eucaristía presidida por el Arzobispo de Tarragona Jaume Pujol
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