COMPARTIENDO

COMUNIDAD ES UNA ESCUELA DE AMOR

Desde la comunidad de Yogyakarta, compartimos la experiencia de un día retiro en la casa de formación.  Se decidió buscar, cada dos meses, alguien que ilumine nuestra reflexión y oración. 

En el mes de noviembre, invitamos al P. Orris, ocd. Su charla fue sencilla pero profunda y adecuada a las aspirantes y postulantes en estos primeros pasos en la vida religiosa. El padre se centró en la importancia de la vida en comunidad, resumiendo el contenido con una corta frase: "la comunidad es una escuela de amor". La comunidad no hace su camino separado de la espiritualidad, sino como "un viaje único", como "un solo corazón y una sola alma”; una sola familia que "fiel al carisma, con todos los medios posibles, se dedica a difundir el Reino del amor.

El P. Orris hizo hincapié en la vida ejemplar de las primeras comunidades cristianas para nosotras. La comprensión es el punto clave de la convivencia, y su fuerza emana del conocimiento y encuentro con Jesús, que dijo: "ama a los demás como a ti mismo " y en palabras de Madre París: "que mi hermana sea otro yo". La fortaleza de la comunidad, se apoya en cuatro pilares: la Mesa de la Eucaristía, fuente de fuerza espiritual; la Mesa del Comedor, el ágape fraterno; la Mesa de la Recreación, donde se comparte la alegría, las historias contadas con confianza; y la Mesa del Diálogo, lugar donde la comunidad reunida reevalúa y proyecta su camino renovado y renovador.

Helmy