Carmen, Françoise, Laurente y Judith
El Noviciado es un tiempo para poner fundamentos
a nivel personal, comunitario, carismático. Sabemos que no hay voluntad real de Dios, sin sueños;
sueños de que Él, sea conocido por todos
de un modo concreto: compartir ese
tesoro. Así los sueños, se
convierten en el motor del fuego
misionero.
El
noviciado es una experiencia espiritual de
Cristo en un momento decisivo: el de la iniciación
a la vida religiosa, de la experiencia concreta de una vida dedicada a Dios, preparándose para
ser enviado a una gran variedad
de terrenos. Un tiempo de discernimiento, para decidir el
rumbo de la vida en un entorno que
permite elegir libremente. Tiempo de compromiso de cara a la congregación que recibe a la novicia y que ella asume
como “nuevo lugar, nueva casa”, “nueva familia”.
Con este conocimiento, el día 11 de octubre,
Carmen, Francoise, Laurente y Judith emitieron la primera profesión en nuestra
congregación. Después de los EE, en una
sencilla celebración presidida por el Padre Delegado de los misioneros claretianos,
las jóvenes han dicho SI al Señor, SI a seguir su proyecto caminando tras sus
huellas.
Después de la Misa, con grande alegría, compartimos con nuestros amigos presentes, celebrando este
momento especial. Damos gracias a Dios
por este regalo a la Iglesia, a la
Delegación, a la Congregación...
Claudine
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