Con el gesto simbólico de abrir la puerta comenzó,
ayer 8 de diciembre, el Año Jubilar dedicado a la Misericordia.
“Celebrar un Jubileo de la Misericordia
significa poner en el centro de nuestra vida personal y de nuestras comunidades
el contenido esencial del Evangelio: Jesucristo. Él es la Misericordia hecha
carne, que hace visible para nosotros el gran Amor de Dios”, expresó el Papa Francisco.
Abramos nuestra mente y nuestro corazón a esta experiencia del amor de Dios
para que nos hagamos misericordiosos como Él.
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