El
13 de noviembre se celebra la memoria litúrgica de la Beata María Patrocinio Giner,
religiosa misionera claretiana, quien dio su vida por Cristo, en la guerra
civil española en 1936.
Patrocinio
nos ha dejado el recuerdo de una mujer consagrada profundamente enamorada de
Jesús, de una fe fuerte y valiente y una sólida identidad claretiana, comprometida
en el servicio misionero a través de la educación, la promoción de la mujer, la
formación, la animación de sus hermanas.
En
sus palabras, escritas a una hermana, se refleja su espíritu transformado por
Dios:
“¿No
sabe que a Jesús no le gustan los corazones pequeñitos en las fundaciones
donde, hasta que se normalicen las cosas, hay mucho que ofrecer al buen Dios,
sino corazones grandes, muy grandes y generosos, siempre dispuestos a hacer
frente a cuanto venga a destruir la obra de aquel Dios que no le detuvieron ni
las humillaciones, ni sacrificios, ni los tormentos de la Cruz para realizar nuestra
santificación (…) El alma, siempre apoyada en la gracia de Dios, debe
revestirse de fuerza y no dejarse caer, pues si por las dificultades tuviéramos
que amilanarnos, ¿dónde estaría la virtud?, ¿dónde el amor? (...) Cf. Amar es darse,
pág. 14-15.
Y,
de hecho, ella fue testigo heroico de esas palabras.
María
Patrocinio, cuida nuestra fe,
intercede por nosotros para que crezcamos en la
esperanza
y nos dejemos transformar por y en el amor de Dios.
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