CRISTO, CENTRO DE NUESTRA HISTORIA
Nos reunimos con el nuevo grupo Aspirantes
(que llegaron hace poco a Kimwenza) para ahondar en su proceso de discernimiento
vocacional claretiano.
Iluminadas por la palabra de Dios hemos
profundizado como responder a su voluntad en nuestra vida y a su llamado, a
través de la figura de Abraham. (Gn 12,1–9) Dios dijo a Abraham Deja tu tierra, la casa de tu padre y ve a la tierra que te mostraré… Por la fe nuestro padre Abraham respondió obedientemente,
sin saber a dónde iba.
Inspiradas con este texto las jóvenes contaron su experiencia sobre el llamado y su primer encuentro con Dios.
Inspiradas con este texto las jóvenes contaron su experiencia sobre el llamado y su primer encuentro con Dios.
También fijamos la mirada en Jesús (Mt 9, 35-38) que
recorría todas las ciudades y aldeas,
enseñando en sus sinagogas, proclamando la Buena Nueva del Reino y sanando toda
enfermedad.... La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos, pedimos
al dueño de la mies que siga enviando obreros a su mies.
Compartimos sobre la vocación de nuestros fundadores, sobre todo de María
Antonia París, desde “Llamada a abrir
caminos”, conociendo más sobre su familia, la situación del país en ese
tiempo, su nacimiento y bautismo; su vocación desde el comienzo de su vida, su
deseo de servir al Señor…
Motivadas con el “saber algo más de nuestros fundadores” y de su contexto, cada una habló de su pequeña historia familiar.
Coincidieron en general, haber sentido el deseo de seguir a Jesús desde día de
la primera comunión.
Damos gracias a Dios por el regalo de estas jóvenes que quieren seguir a Jesús en nuestra Familia Claretiana y pedimos al Señor que les ayude para que con apertura y docilidad, sigan creciendo en el conocimiento de su vocación y querer de Dios sobre cada una.
Damos gracias a Dios por el regalo de estas jóvenes que quieren seguir a Jesús en nuestra Familia Claretiana y pedimos al Señor que les ayude para que con apertura y docilidad, sigan creciendo en el conocimiento de su vocación y querer de Dios sobre cada una.
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