JUAN PABLO II, fue proclamado BEATO.
Hemos recordado su vida, su mensaje y nuevamente le oímos decir:
¡ NO TENGÁIS MIEDO! ¡ ABRID DE PAR EN PAR LAS PUERTAS A CRISTO!
Tantas veces hoy el hombre no sabe qué lleva dentro, en lo profundo de su alma, de su corazón. Tan a menudo se muestra incierto ante el sentido de su vida sobre la tierra. Está invadido por la duda que se convierte en desesperación. Permitid, por tanto -os ruego. os imploro con humildad y con confianza- permitid a Cristo que hable al hombre. Sólo Él tiene palabras de vida eterna, ¡Sí! de vida eterna.
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