María, el Ángel te saluda e
invita a la alegría;
María, tu gozo se expande y
contagia a tu prima;
María, prontitud de servidora,
misionera que hace comprensible
el mensaje de Dios.
María, caridad que va al encuentro de lo frágil,
esperanza del que se siente
solo en el camino,
testigo de fe en un Dios para
quien nada es imposible.
Ayúdanos a vivir nuestra
vocación de caminantes
al viento del Espíritu;
enséñanos a seguir las huellas
de Jesús, nuestro bien,
en el testimonio de la comunión
y del servicio,
de la fe ardiente y generosa,
de la justicia y amor a los
pobres,
para que nadie se prive de la
luz de Cristo.
María, que seamos visitados por
el vino nuevo de la gracia,
vocacionados a la misión de la
alegría,
anunciadores del Evangelio que
vive en nosotros.
¡MISIONERAS CLARETIANAS, FELIZ DÍA
DE LA VOCACIÓN CLARETIANA!
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