El sepulcro nuevo es para siempre sepulcro vacío. Y esa piedra,
desafiando a cuantos no ven en ella más que la huella fría de la muerte,
el gozo sin fondo de las tinieblas,
se convierte en el centro de la historia.
Decide lo que somos y seremos
los humanos, porque el Crucificado
se ha levantado. Ha sido exaltado
a la luz y a la gloria. Vive,
¡verdaderamente ha resucitado el Señor!
No busquemos entre los muertos
al que está vivo. Resucitó y en Él resucita la tierra.
¡Vayamos a Galilea!
porque es necesario proseguir su causa,
vencer hoy a tanta muerte,
defender, exaltar y celebrar con pasión toda vida.
¡FELICES PASCUAS! les deseamos de corazón
Mª Soledad, Mª Cristina, Luisa Emilia, Asunta y Jolanta
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