Muy en la mañana, se reunieron en el patio del colegio, profesores estudiantes y los participantes del grupo misionero, para celebrar el Viacrucis y hacer un espacio de oración y reflexión en esta cuaresma, y como preparación a la Semana Santa y a la salida misionera de algunos integrantes de la comunidad educativa del colegio Inmaculado Corazón de María de Bosa.
Se presentaron en este viacrucis sólo cinco personajes-tipo que sintetizan nuestras actitudes cristianas frente al misterio de la entrega de Jesucristo Crucificado-Resucitado. Fueron ellos, Pedro, Judas Iscariote, La mujer que enjuga el rostro de Jesús, El Cireneo y finalmente, Antonio Claret y Antonia París.
Cada estación era representrada por el grupo de estudiantes encargado quien hacia además la contextualización de ese personaje a sus vidas de jóvenes y a la realidad social de hoy.
El grupo de Once, último año, hicieron también la estación misionera claretiana, que resultó muy adaptada a su identidad cristiana y misionera de bautizados y de su pertenencia a una familia misionera claretiana. Las dos figuras de Antonio Claret y Antonia París fueron exaltadas en su experiencia de Jesucristo Crucificado y en su amor y compromiso con el Evangelio.
Finalmente se entregó el crucifijo misionero a los veintidós personas que van a ir a misionar durante la Semana Santa en una población muy marginal, distante ocho horas de la ciudad capital, Bogotá.
Los pequeños de Primaria, también celebraron un hermoso viacrucis, la semana pasada acompañados de algunos padres de Familia.
La oración, el canto y la profundización de las exigencias cristianas que tiene el misterio de Redención de Jesús, quedarán impresas en sus corazones de niños y de jóvenes para que el espíritu de Dios consolide sus vidas y su entrega misionera.
Se presentaron en este viacrucis sólo cinco personajes-tipo que sintetizan nuestras actitudes cristianas frente al misterio de la entrega de Jesucristo Crucificado-Resucitado. Fueron ellos, Pedro, Judas Iscariote, La mujer que enjuga el rostro de Jesús, El Cireneo y finalmente, Antonio Claret y Antonia París.
Cada estación era representrada por el grupo de estudiantes encargado quien hacia además la contextualización de ese personaje a sus vidas de jóvenes y a la realidad social de hoy.
El grupo de Once, último año, hicieron también la estación misionera claretiana, que resultó muy adaptada a su identidad cristiana y misionera de bautizados y de su pertenencia a una familia misionera claretiana. Las dos figuras de Antonio Claret y Antonia París fueron exaltadas en su experiencia de Jesucristo Crucificado y en su amor y compromiso con el Evangelio.
Finalmente se entregó el crucifijo misionero a los veintidós personas que van a ir a misionar durante la Semana Santa en una población muy marginal, distante ocho horas de la ciudad capital, Bogotá.
Los pequeños de Primaria, también celebraron un hermoso viacrucis, la semana pasada acompañados de algunos padres de Familia.
La oración, el canto y la profundización de las exigencias cristianas que tiene el misterio de Redención de Jesús, quedarán impresas en sus corazones de niños y de jóvenes para que el espíritu de Dios consolide sus vidas y su entrega misionera.
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