DESDE COLOMBIA

CELEBRACIÓN DE LA ASUNCIÓN DE MARÍA

Particularmente hermosa resultó la celebración de la Asunción de la Santísima Virgen, ya que además de ser fiesta de María , tan especial y entrañable dentro de nuestro caminar mariano congregacional, ese día renovamos los votos de nuestra consagración religiosa como Misioneras Claretianas.
En la capilla, recién remodelada, celebró la Eucaristía, a las 12 m. el P. Carlos Villabona, hermano de Teresa, quien es el capellán de nuestra comunidad los días domingos. En la homilía, destacó el discipulado de María, la Madre, modelo de Iglesia, comunidad discipular y quien, junto con Isabel, entona, el himno de la alabanza neo-testamentario al Dios de la Vida, reconociendo su presencia salvadora en la humanidad. Dos mujeres, representando a la humanidad entera, en el umbral de la nueva historia, unidas en el reconocimiento y en la glorificación al Dios que cumple su Alianza de amor y de misericordia con sus hijos.

María Asunta, la glorificada, porque abrió su corazón totalmente a Dios y a los empobrecidos a quienes amó, sirvió y abrió caminos de redención trayendo al Salvador en su seno para alumbrarlo al mundo: ella es modelo de cristianos, de mujeres portadoras de Buenas nuevas, de consagradas, de claretianas, que nos esforzamos por caminar con el pueblo en las resistencias creativas y en el compromiso por el reino, en medio de las desesperanzas, oscuridades y conflictos de hoy. El misterio de Dios actuando en ella, como en todos nosotros, hace posible la esperanza, la justicia y la paz.