UNA SOLA FAMILIA
El 16 de julio de 1855 llegó a Santiago de Cuba el rescripto pontificio permitiendo la FUNDACIÓN DEL NUEVO INSTITUTO. Claret firmó el acta fundacional el 25 de agosto y allí mismo señaló el día 27 para la profesión de María Antonia París.
Nace nuestro Instituto para vivir radicalmente el Evangelio, unidas como una sola familia y un sólo corazón, siendo copias vivas de los primeros Apóstoles, dispuestas a llevar el Evangelio a toda criatura en cualquier lugar del mundo, siguiendo las pisadas de Cristo, nuestro bien.
VIVAMOS GOZOSAS LA MEMORIA DE ESTOS ACONTECIMIENTOS.
PARA TODAS LAS HERMANAS DESEAMOS FIDELIDAD Y FELICIDAD.
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